Trama de Trujillo, emboscada y posterior asesinato

El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa habían sido juzgadas en Santo Domingo, al igual que sus esposos, por atentar contra la seguridad del Estado dominicano. Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión. Inmediatamente todos comenzaron a purgar sus penas, pero ellas no durarían mucho en la cárcel. En un gesto extraño, el 9 de agosto y por disposición expresa de Trujillo, Minerva y María Teresa Mirabal fueron puestas en libertad. Sus maridos, sin embargo, continuaron en prisión. Estas disposiciones de Trujillo tenían un doble propósito: por un lado, pretendía demostrar su "generosidad"; por el otro, les daba la libertad a aquellas personas a quien él quería seguir hostilizando. Este último era el caso de las Mirabal. No bien habían pasado un par de semanas de la libertad y ya existían informes sobre reuniones secretas contra el régimen encabezadas de nuevo por las Hermanas Mirabal. Esto se suma a las presiones internacionales producidas por el atentado en Venezuela contra el presidente Rómulo Betancourt, por lo que la OEA sancionó al Estado dominicano con la rotura de relaciones diplomáticas y económicas, y por la creciente caída de los diferentes regímenes dictatoriales en América Latina. En este contexto Trujillo ordenó al general Pupo Román que preparara un plan para hacer desaparecer definitivamente a las Hermanas Mirabal. Le recomendó usar al SIM para llevarlo a cabo. La primera medida que tomó Pupo Román fue trasladar a los presos a la cárcel de Salcedo, al parecer aparentando benevolencia, pues de este modo no tendrían que realizar largos viajes a la cárcel de La Victoria, que era donde cumplían sus penas los esposos. En verdad, esto era el inicio de la capitalización del plan para eliminar a las hermanas Mirabal.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Asesinos intelectuales

Hermanas Mirabal